A nadie se le puede pasar por alto el rostro de Britney Spears, aunque con su voz no pueda superar a Christina Aguilera, a Pink o a Beyoncé.
Pero a la princesa del pop ninguna de ellas le ganará fácilmente en belleza con esa cara de ángel. Diferente es que a alguien le guste más Christina o Beyoncé —a mí, en lo personal, ésta última—. Si no, que alguien me diga por qué siempre se habla del beso que Madonna, la reina del pop, le dio a Spears en la boca y nadie se acuerda del otro beso, el de Christina, muy bella también (sin obviar que ese beso hace sospechar sobre un traslado de generación).
El hecho es que, revisando las portadas de Britney en la revista Rolling Stone, uno se da cuenta de que la cantante cada vez ha ido cambiando. Si esa revista pusiera a la venta nuevamente las portadas en que Britney sale vestida de colegiala, cuando sale sentada en un muelle, mostrando las orillitas de su ropa interior, y cuando sale semidesnuda, ésta última desplazaría a las demás.
La vestimenta tiene que ver mucho con la actitud que ha ido adoptando esta cantante estadounidense. Primero, cuando se hablaba de su virginidad; luego, cuando quiso vender más discos, digo, cuando recortó su vestuario. Ahora, cuando ha dicho que se casó por juguetear y que ya no es virgen, cuando se ha casado nuevamente (con todas las dudas que conlleva) y con un tipo que ya tenía hijos con otra mujer, ha cambiado su peinado, su ropa (más sexy), su mirada, sus cosméticos, sus vídeoclips y hasta sus gestos.
Sin embargo, hasta el momento no he encontrado alguna diferencia enorme en su voz. Sigue siendo la misma voz, talvez un poco más trabajada (¿o computarizada?). Claro, si la comparamos con la voz de Enrique Iglesias o de Paty Manterola, sale ganando la princesa del pop. Es fácil creer que actualmente es mejor que antes. Pero independientemente de todo esto, Spears me parece más agradable ahora que en el pasado y, personalmente, creo que sus asesores han dado en el clavo con la industria del celuloide, aunque sólo haya sido un salto de los cuadernos y el uniforme de colegiala a un "streaptease" musical, que se puede ver de día y sin pagar cover.
*Escrito a finales de 2003.
Pero a la princesa del pop ninguna de ellas le ganará fácilmente en belleza con esa cara de ángel. Diferente es que a alguien le guste más Christina o Beyoncé —a mí, en lo personal, ésta última—. Si no, que alguien me diga por qué siempre se habla del beso que Madonna, la reina del pop, le dio a Spears en la boca y nadie se acuerda del otro beso, el de Christina, muy bella también (sin obviar que ese beso hace sospechar sobre un traslado de generación).
El hecho es que, revisando las portadas de Britney en la revista Rolling Stone, uno se da cuenta de que la cantante cada vez ha ido cambiando. Si esa revista pusiera a la venta nuevamente las portadas en que Britney sale vestida de colegiala, cuando sale sentada en un muelle, mostrando las orillitas de su ropa interior, y cuando sale semidesnuda, ésta última desplazaría a las demás.
La vestimenta tiene que ver mucho con la actitud que ha ido adoptando esta cantante estadounidense. Primero, cuando se hablaba de su virginidad; luego, cuando quiso vender más discos, digo, cuando recortó su vestuario. Ahora, cuando ha dicho que se casó por juguetear y que ya no es virgen, cuando se ha casado nuevamente (con todas las dudas que conlleva) y con un tipo que ya tenía hijos con otra mujer, ha cambiado su peinado, su ropa (más sexy), su mirada, sus cosméticos, sus vídeoclips y hasta sus gestos.
Sin embargo, hasta el momento no he encontrado alguna diferencia enorme en su voz. Sigue siendo la misma voz, talvez un poco más trabajada (¿o computarizada?). Claro, si la comparamos con la voz de Enrique Iglesias o de Paty Manterola, sale ganando la princesa del pop. Es fácil creer que actualmente es mejor que antes. Pero independientemente de todo esto, Spears me parece más agradable ahora que en el pasado y, personalmente, creo que sus asesores han dado en el clavo con la industria del celuloide, aunque sólo haya sido un salto de los cuadernos y el uniforme de colegiala a un "streaptease" musical, que se puede ver de día y sin pagar cover.
*Escrito a finales de 2003.
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