sábado, 2 de agosto de 2008

Jugarse la vida por un cántaro*



En la San Rafael nunca han tenido servicio de agua, y se hace cualquier cosa por ella. Foto de La Prensa Gráfica, por Geovanny Ábrego.

San Marcos, siglo XXI. Como cada día, niños de la colonia San Rafael descienden al nacimiento que hay en las faldas del cerro San Jacinto. Allí acaparan el agua que nunca les ha llegado a sus casas, y regresan con el peso a cuestas por un sendero en el que apenas caben sus pies.


No son solo menores. Vilma Aracely García Calderón, de 23 años, aprovecha para lavar ropa en ese lugar. La caída libre de 30 metros no la atemoriza. La necesidad es más fuerte que el miedo. "Podría ir a unos lavaderos de la colonia Galdámez —señala—, pero están más lejos, y ahí me venden el barril a $0.35... aquí es gratis."


Para llegar, ha tenido que recorrer el angosto camino, flanqueado por un barranco que bien podría costarle la vida. "Cuesta cargar por todo este camino la ropa lavada, y es peligroso, aunque una tiene que ver cómo se ahorra dinero y tiempo", se sincera la joven. De ese lugar a la colonia San Rafael tarda casi media hora en llegar.


Ella no es, ni mucho menos, la única persona que va hasta el nacimiento. Bañarse o acarrear agua anima a muchos, entre los que hay niños.


"¿Nunca se ha caído alguien al cruzar esa parte rocosa?", se pregunta a García Calderón. "Que sepamos, un señor conocido como don Julio, pero no se mató porque se fue rodando", responde.


Elena Valencia, de 70 años y también vecina de la San Rafael desde 1966, señala que, por su edad, se inclina por otras alternativas. Además, cuenta que dejó de ir a conseguir agua al manantial luego de haber perdido a un hijo —durante el terremoto del 13 de enero de 2001—, que murió soterrado en ese nacimiento.


"Yo voy a lavar a la colonia Galdámez para no arriesgar mi vida, y, a veces, cuando el dinero alcanza, compramos agua a la pipa, que pasa los domingos y de vez en cuando los sábados", justifica.


No obstante, hace seis meses, era un sueño ver llegar la pipa hasta las últimas casas de la San Rafael, debido al mal estado de la calle, polvosa y llena de grietas y charcos. "A principios de este año la repararon unos muchachos que andan en maras, y eso nos ha ayudado a que la pipa nos traiga el agua hasta aquí", cuenta. Ella señala que la alcaldía colaboró con las herramientas para mejorar la arteria.


Sin embargo, los habitantes aún desean que ANDA introduzca las tuberías, y así recibir el agua potable en sus casas.


Valencia menciona que se lo han pedido a la autónoma, aunque les han dicho: "Está muy lejos la colonia, y a nosotros no nos alcanza para pagar tanto por instalar tuberías". Y no es la única zona con esa carencia.


En términos estadísticos, la San Rafael es parte de ese 16 por ciento de hogares en el área urbana que, según la DIGESTYC, no tiene agua domiciliar.


Rosalina Galicia, de 57 años, recuerda que desde enero, cuando se niveló la arteria polvosa, sube la pipa hasta las partes más elevadas de la colonia. "Tengo 30 años de vivir aquí, y al menos ahora ya podemos comprar a la pipa los domingos", dice agradecida. Pero no todos pueden cancelar $1.15 por barril.


Francisco Pérez, promotor social de la alcaldía, ofrece como alternativa a las 92 viviendas los lavaderos construidos entre las colonias Galdámez y El Mirador, pero están a casi 1.5 kilómetros.
Demasiado. Algo de lo que Pérez está consciente cuando admite que los niños "se juegan la vida para ir a lavar ahí (al manantial)". Solo lo matiza alegando: "Son pocas las personas que frecuentan el nacimiento". Cuatro, entre las que había tres menores, los que pudo ver quien suscribe estas palabras en apenas un par de horas.
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Afectados


356habitantes hay en la colonia San Rafael.84%
tres maneras de conseguir el lìquido
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Población recibe agua por cañería en la zona urbana.


La colonia San Rafael fue construida sobre las laderas del cerro hace más de tres décadas, pero nunca ha tenido agua domiciliar.
Ante esta dura realidad, los pobladores han ideado tres sistemas diferentes para obtener el líquido.


El primero es descender por el cerro hasta el citado nacimiento de agua, situado a unos 700 metros de distancia, y acarrearla.


Una alternativa menos riesgosa es bajar la calle principal, con un buen tramo polvoso y otro empedrado, hasta unos lavaderos entre las colonias Galdámez y El Mirador, situados a 1.5 kilómetros, y comprar el barril a $0.35.


La tercera opción es esperar a que llegue el fin de semana, que es cuando sube a la propia San Rafael una pipa privada. El pero es que haya que cancelar $1.15 por barril, algo que no está al alcance de todos.


Consultados por este periódico, ANDA y alcaldía dijeron tener buena predisposición para colaborar en la búsqueda de una solución... más de tres décadas después.
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*Publicado en La Prensa Gráfica, 31 de marzo de 2005: http://archive.laprensa.com.sv/20050331/gransansalvador/160899.asp


Foto de portada, por Geovanny Ábrego: http://www.laprensagrafica.com/fotografika/portada/2005/marzo/20050331.asp




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